- 03/08/2021
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¿Qué es una pesadora con discriminador?
En la actualidad, es común encontrar diferentes tipos de pesadoras o básculas que se amoldan en su forma y dimensiones a su campo de aplicación. De forma habitual, podemos encontrarlas en comercios para pesar alimentos o productos y también en el ámbito de la salud, con otro tipo de presentaciones.
A lo largo de la historia, se han experimentado grandes avances, incorporando cada vez mayores tecnologías que han incrementado su precisión y sensibilidad. De esta manera, hoy en día podemos examinar desde los elementos más ligeros hasta los más pesados.
Pesadoras con discriminador, ¿qué son?
Las pesadoras con discriminador se utilizan principalmente en la industria alimentaria, como puede ser la cárnica o la hortofrutícola, para generar lotes y poder discriminar por pesos.
Normalmente están diseñadas para separar los productos según su peso y/o el número de piezas. Mediante una serie de cintas automáticas, el alimento entra en la cadena de producción y va siendo transportado hasta que llega a la pesadora. Según el peso del alimento o el número de piezas que haya sido seleccionado, al volver a las cintas transportadoras, estas lo dejarán caer o, si se realiza de forma manual, el personal lo colocará en el recipiente que corresponda para que se transporte a la zona de salida cuando haya alcanzado el peso total objetivo.
De esta manera, se realiza el empaquetado de diversos alimentos en función de su peso.
¿Cuál es el origen de la báscula?
Aunque no lo podemos saber con exactitud, se calcula que sobre el año 5000 a.C. los egipcios y los babilonios ya hacían uso de ella, de una forma muy primitiva. Colocaban un astil en una columna y le ataban en cada extremo cuerdas que sostenían, a su vez, unas bandejas. De esta manera, colocaban en una bandeja el material que querían pesar y, en la otra, pesas de las que se sabía su valor. Lo usaban mayormente para pesar objetos livianos, como el oro en polvo con el que fabricaban sus joyas. Un elemento similar usaron los romanos más adelante. Estas y las siguientes civilizaciones siguieron buscando la manera de perfeccionar esta herramienta tan necesaria.
Para poder pesar productos con un peso mayor y un mayor volumen, surgió la báscula. Con el tiempo, para mejorar su precisión, se le añadió una cuchilla en la zona en la que se producía la oscilación del brazo. Posteriormente, se le aplicó la teoría de Roberval, en la que colocaba los platos sobre el astil, cuando lo tradicional era que pendiesen de él enganchados por cuerdas. Llegado el siglo XX se añadió una aguja indicadora, hasta llegar a la báscula de un solo plato.
Actualmente su desarrollo y avance no ha finalizado todavía, facilitando el funcionamiento del día a día y el crecimiento de la industria. Sus distintos tamaños y características hacen que podamos encontrarlas en laboratorios, en nuestros propios hogares para cocinar recetas o en las cadenas de producción industriales.