Se habla mucho de la Economía Circular, un concepto que pese a que hace poco tiempo que se usa ya está en boca de todos. El futuro del packaging parece abocado a este concepto y a otro que cada vez es más utilizado, el de “las tres R”.
Pero, ¿en qué consiste eso de la economía circular? ¿Cuál es la importancia y qué significa eso de las tres R? ¿Qué ventajas conlleva el cambio?
La Unión Europea produce más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año y cada español genera al año 460 kilos de ese total. El proceso de generación de desechos se ha incrementado constantemente por la presión de un mercado que hace que sustituyamos aquello que sufre cualquier deterioro sin intentar siquiera su reparación y, lo peor de todo, que lo hagamos sin pensar en su impacto en el medioambiente y sin seguir una pauta razonable para su eliminación.
La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica respetar “las tres R”: Reutilizar, Reparar y Reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.
En la práctica, implica reducir los residuos al mínimo imprescindible. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor adicional y reduciendo por un lado los desechos y por otro lado el uso de materias primas, cada vez más escasas.
Contrasta con el modelo económico lineal tradicional, basado principalmente en el concepto “usar y tirar”, que requiere de grandes cantidades de materiales y energía baratos y de fácil acceso. También se incluye en este concepto la obsolescencia programada contra la que se están dictando normas cada vez más restrictivas.
El modelo de packaging ha ido evolucionando guiado por las prioridades del usuario, cada vez más concienciado, informado y más exigente. La gran mayoría de los consumidores (un 60% según diversos estudios) elige un producto por su envasado y cada vez es más importante la sostenibilidad del mismo. Se valora tanto el volumen del packaging como su origen y su posibilidad de reutilización, de su capacidad de ser reciclado.
La utilización de materiales sostenibles en todos los procesos de fabricación y distribución se están orientando hacia el fomento de la reutilización y el reciclaje. En el marco de la economía circular el packaging tiene cada vez más importancia.
Como consecuencia, entre otros factores, también de la COVID-19 se han creado o afianzado nuevos hábitos sociales y de consumo. El confinamiento nos ha hecho aprovechar todos los recursos a nuestro alcance y ha reforzado el concepto de economía circular.
La misión del packaging es hacernos la vida más fácil, pero también permitir que perdure en el tiempo.
En BELCA trabajamos con materiales mono-componente y films biodegradables que pueden ser adaptados a los procesos productivos. Nuestro equipo técnico y comercial está preparado para asesorar a nuestros clientes sobre cómo implementar en sus procesos productivos los cambios que piden los consumidores que, al fin y al cabo, son los que dictan qué productos prosperan y cuáles no.